viernes, 29 de agosto de 2008

Mi perro dinamita

Hace una semana que no duermo bien.
No es el stress el unico motivo de mi insomnio.
Se trata de una pequeña mascota que repentinamente ha venido a vivir a casa, en uno de esas vueltas que da el destino.
Tiene cara de perro tonton, chupa todo lo que se le ponga por delante, y tiene rulos, muchos rulos blancos. Como lo baño todas las semanas y nunca le cortaron el pelo, se ha transformado en el caniche toy mas hipie del mundo, un pelilargo que se enfrenta al sistema con sus pelos afro-toy´s al viento.
La cosa es que ahora tengo perro y el tipo llora, llora mucho. Lo saco a la noche, lo acaricio a la mañana, lo dejo suelto, lo encierro en el balcon, lo castigo en la cocina. Pero él LLORA juuusto cuando yo apoyo la cabeza en la almohada. Parece cronometrado o a drede. Llora a las 3, llora a las 4, llora a las 5, y asi durante toooooda la noche.
Ademas del llanto incomprensible le agregamos el combo "olor a perro + pis + caca" apestando todo el 2 ambientes.

Lo digo y lo repito QUIERO UN TAMAGOTCHI!!!

jueves, 28 de agosto de 2008

Un tropezón es caída

Si, soy torpe.
Soy atolondrada y torpe.
Es común encontrarme golpes, magullones o cascaritas (en piernas y brazos generalmente) por llevar puesto mesas, sillas, placares, escalones, y todo elemento contundente que se interponga por mi camino. Raras veces me avergüencen estos actos, es común caerme en la calle, llevar gente por delante y sonreír tímidamente o reír a carcajadas.
Pero el otro día no, el otro día sentí vergüenza de verdad, de la buena, de esa que te sonroja hasta un colorado intenso, de las que da frió y calor en simultaneo.
Relato la escena:
Cancha de voley nueva, compañeras nuevas, entrenador nuevo. Segundo día de entrenamiento, pleno ejercicio de recepción, ataque, búsqueda de pelota al trote y vuelta al ejercicio. Afuera, esperando ansiosos unos 20-30 jugadores de voley que disputaran posteriormente un partido de División de honor. Y gente, mucha gente que pulula por las amplias instalaciones del Club Italiano.
Emocionada con el dinamismo del entrenamiento voy corriendo hacia la pelota que inoportunamente se posa detrás de unos bancos del gimnasio. Pego un salto, otro salto, saco la pelota, la tomo en mis manos y doy un ultimo salto que inesperadamente se interrumpe por el contacto del talón de mi pie y el banco en cuestión.
Doy un paso, trastabillo, tropiezo y caigo. Rueda la pelota (que sale expedida de mis manos) al mismo tiempo que el banco cae y suena estrepitosa y brutalmente contra el piso.
Todas (todas) las personas del lugar giraron su vista para ver la causa del estallido.
Desde cualquier ángulo el panorama resultaba bochornoso. Con la poca dignidad que quedaba levante la cabeza, me puse de pie y salí caminando esplendida al tiempo en el que algunos preguntaban (atónitos) sobre mi situación post-caída.

"Una mas de las tuyas" pensé, mientras sonreía para adentro.