viernes, 7 de diciembre de 2007

Y un dia el roxy se vistio de cine...

Las butacas de plástico negro, cuidadosamente acomodadas, albergan impacientes a los (muchos) fanáticos que desde ahi miramos la pantalla vacía, deseosos de que empiece el show de imagines que nos hará pensar, tan solo un momento, que Luca (con su eterna pelada) subirá a ese escenario, con el primer acorde de "Nextweek", con el furioso sonido de las gaitas de "Crua Chan", o gritando desafiante su "Fuck you". Estando alli resulta imposible no fantasear con la idea de que Luca saldrá a escena para hacernos disfrutar, sentir, y oir a esa autentica aplanadora que era "Sumo", la banda que lo mostró al mundo. Es dificil describir las caras de alegría y las sensaciones del grupo de afortunados dispuestos a vivir la experiencia de imaginar, por casi dos horas, que el milagro finalmente sucedió, que él esta ahi, (aunque sea), a traves de un film.

Suena la música de fondo, la gente aplaude cada vez mas fuerte, algunos ansiosos gritan como alienados "Luca no se murio, luca no se murio..." y el comienzo de "Yo quiero a mi bandera" hace que el público estalle en un aplauso intenso que crecerá aún mas cuando Andrea Prodán -hermano de Luca- suba al escenario y, emocionado, anuncie el comienzo del film.
Señoras y Señores: LUCA.
No acabes...
http://es.youtube.com/watch?v=xTWS_pLDX3s

miércoles, 28 de noviembre de 2007

Knockeados por la bomba...

..."Parada Carlos Gardel...es la estación del Abasto"... salir del subte y encontrarse con el shoping que se levanta orgulloso sobre la Avenida Corrientes contrasta un poco con aquel barrio que Luca describía con particular claridad en su "Mañana en el abasto". Caminar esas calles siempre, o casi siempre, me hacen tararear ese tema casi sin notarlo, pero esta vez el sonido de unos tambores que empiezan a escucharse -bajito y a lo lejos-, distraen cualquier pensamiento musical alternativo, y me dirigen directamente a sentir (en cuerpo y alma) las vibraciones que salen disparadas como granadas del improvisado escenario al aire libre de la Ciudad Cultural Konex. El sol está presente todavía y la música de los tambores de las "divisiones inferiores" no deja de sonar.

La escalera (disfrazada de improvisado escenario) parece eterna, interminable, como la tarde que lentamente va desapareciendo entre las luces que comienzan a encenderse. Algunos aplauden, otros bailan, y unos cuantos esperan, sentados e impacientes, que la llama de la bomba se encienda para que la noche estalle en mil pedazos.

El sonido se detiene y en lugar de ver caras amargadas se percibe facilmente la ansiedad por lo que vendra...

La noche llegó en toda su plenitud, y junto con ella "la fiesta de los tambores". El público explora y explota, lós cuerpos vibran, las almas danzan. Asi será, ininterrumpidamente, durante las dos horas que la perfecta conjugación de sonidos y la magia de la improvisación nos hara disfrutar a todos los afortunados que estamos ahi, mirando atónitos, bailando contentos, soñando despiertos.

Ha explotado la bomba de tiempo, dificil no terminar knoqueado.

lunes, 26 de noviembre de 2007

Un woodstock arrabalero...

Este blog va a iniciar su recorrido lingüístico contándole al mundo virtual la última semana de revoloteo cultural que ha disfrutado quien escribe. Impulsada, quizás, por los "bloggers" de los que soy lectora activa y adictiva, de manera cotidiana y rigurosa, (algo de los gordos Casero y Gillespi, los posteos de hazañas y actualizaciones voleybolisticas publicadas por mi compañera de juego -y vida- "Poni" Bianchi, y las visitas al space de Facu, creador de hipótesis y teorías mágicas, delirantes y poco verosímiles)…
De esta forma les doy mi bienvenida, invitándolos a investigar esta especie de "diario íntimo popular digital" que la vida moderna ha habilitado al mundo actual…

Y esto comienza Ssssssssasiii....


Un woodstock arrabalero

Jueves, 18pm. El ambiente está húmedo, muy húmedo. Ni el pelo ni el calor se soportan. La ropa adherida al cuerpo y el sol vuelven la tarde prácticamente insoportable. Ni los 31 grados, ni mi Buenos Aires querida de pavimento en llamas y tránsito pesado, impedirán que el subte (arrebatado de caras cansadas después de la extensa jornada laboral) nos lleve hacia el "coqueto" Puerto Madero para celebrar "El día de la Música" disfrutando de la Orquesta Típica Fernandez Fierro, y de esa especie de clon del piojo López (imposible omitir el parecido), Mister Kevin Johansen, con su banda “The Nada”...El "after office" y "la hora feliz" de tragos y música electrónica de los bares modernos generan un interesante contraste con el mate y la cerveza que traen en bolsas de nylon y morrales hypies los de hojotas y alpargatas que de a poco se acercan al pequeño escenario armado en el espacio mas verde que alberga la zona.
Otra tarde se va muriendo y empieza el show. El primer acorde arrabalero nos hará pensar, inevitablemente, en una especie de woodstock porteño. No hace falta mas que observar alrededor para ver las caras, el disfrute y el placer de todos los allí reunidos. Comienza a nublarse mientras la música (casi perfecta) se desparrama entre los que entusiasmados danzan un tango improvisado y piden (tímidamente) "una más!"...El primer viento fuerte abandona para siempre la brisa suave y acompaña la interminable despedida de “El Chino Fernandez Fierro", para dar paso a "The Nada". Es justo en ese momento que los astros deciden complotarse para que, por unos minutos, la tormenta se haga a un lado para regalarnos una increíble luna llena. No hace falta más, el show de Kevin comienza ´rimbombante´, al son de "Todo tiene Logo... ya tein, ya tein Logo!"
Casi sin notarlo la lluvia y la música irán mutando de forma y tamaño. Las primeras gotas serán el preludio de lo que posteriormente se transformara en una tormenta furiosa. El estruendo del primer relámpago y el escenario a punto de volar por los cielos detendrán el baile y empezaremos a mirarnos desconcertados, con esa nostalgia de "la fiesta interrumpida". De a poco (entristecidos) iremos separándonos del abrazo eterno que el baile griego improvisado de "El Incomprendido" nos estaba regalando.
Pero la angustia durara poco. En un instante la música volverá a sonar y con ella el festejo. Los acordes acelerarán su marcha, la gente bailará enloquecida, y la lluvia, notablemente enfurecida, explotará.
Así terminara el show. Polleras voladas, pelos empapados, partituras perdidas, instrumentos húmedos, corridas y sonrisas, muchas sonrisas.

Solcito Fernandez