lunes, 26 de noviembre de 2007

Un woodstock arrabalero...

Este blog va a iniciar su recorrido lingüístico contándole al mundo virtual la última semana de revoloteo cultural que ha disfrutado quien escribe. Impulsada, quizás, por los "bloggers" de los que soy lectora activa y adictiva, de manera cotidiana y rigurosa, (algo de los gordos Casero y Gillespi, los posteos de hazañas y actualizaciones voleybolisticas publicadas por mi compañera de juego -y vida- "Poni" Bianchi, y las visitas al space de Facu, creador de hipótesis y teorías mágicas, delirantes y poco verosímiles)…
De esta forma les doy mi bienvenida, invitándolos a investigar esta especie de "diario íntimo popular digital" que la vida moderna ha habilitado al mundo actual…

Y esto comienza Ssssssssasiii....


Un woodstock arrabalero

Jueves, 18pm. El ambiente está húmedo, muy húmedo. Ni el pelo ni el calor se soportan. La ropa adherida al cuerpo y el sol vuelven la tarde prácticamente insoportable. Ni los 31 grados, ni mi Buenos Aires querida de pavimento en llamas y tránsito pesado, impedirán que el subte (arrebatado de caras cansadas después de la extensa jornada laboral) nos lleve hacia el "coqueto" Puerto Madero para celebrar "El día de la Música" disfrutando de la Orquesta Típica Fernandez Fierro, y de esa especie de clon del piojo López (imposible omitir el parecido), Mister Kevin Johansen, con su banda “The Nada”...El "after office" y "la hora feliz" de tragos y música electrónica de los bares modernos generan un interesante contraste con el mate y la cerveza que traen en bolsas de nylon y morrales hypies los de hojotas y alpargatas que de a poco se acercan al pequeño escenario armado en el espacio mas verde que alberga la zona.
Otra tarde se va muriendo y empieza el show. El primer acorde arrabalero nos hará pensar, inevitablemente, en una especie de woodstock porteño. No hace falta mas que observar alrededor para ver las caras, el disfrute y el placer de todos los allí reunidos. Comienza a nublarse mientras la música (casi perfecta) se desparrama entre los que entusiasmados danzan un tango improvisado y piden (tímidamente) "una más!"...El primer viento fuerte abandona para siempre la brisa suave y acompaña la interminable despedida de “El Chino Fernandez Fierro", para dar paso a "The Nada". Es justo en ese momento que los astros deciden complotarse para que, por unos minutos, la tormenta se haga a un lado para regalarnos una increíble luna llena. No hace falta más, el show de Kevin comienza ´rimbombante´, al son de "Todo tiene Logo... ya tein, ya tein Logo!"
Casi sin notarlo la lluvia y la música irán mutando de forma y tamaño. Las primeras gotas serán el preludio de lo que posteriormente se transformara en una tormenta furiosa. El estruendo del primer relámpago y el escenario a punto de volar por los cielos detendrán el baile y empezaremos a mirarnos desconcertados, con esa nostalgia de "la fiesta interrumpida". De a poco (entristecidos) iremos separándonos del abrazo eterno que el baile griego improvisado de "El Incomprendido" nos estaba regalando.
Pero la angustia durara poco. En un instante la música volverá a sonar y con ella el festejo. Los acordes acelerarán su marcha, la gente bailará enloquecida, y la lluvia, notablemente enfurecida, explotará.
Así terminara el show. Polleras voladas, pelos empapados, partituras perdidas, instrumentos húmedos, corridas y sonrisas, muchas sonrisas.

Solcito Fernandez

3 comentarios:

SachaYogui dijo...

sole: es una hermosa crónica urbana, capaz te la robo para la facu jajajajja...
doña poni

Anónimo dijo...

Para no variar podría defenestrarte por mencionar al Piojo López y a Kevin Johansen (ninguno de los dos tienen buena puntería para mi), pero no, te voy a felicitar, no por levantar el culo de la silla para ponerte a hacer algo si no precisamente por plantar el mismo en la silla y ponerte a hacer algo. Salir del embudo es como intentar salir de un agujero negro, pero lo estás logrando...

Hernán dijo...

esta nota tiene demasiada onda, empalaga; es una pincelada celeste en la resolana de un cielo que se pierde en el fondo de una terraza en un dia de lluvia con mate y torta frita