A punto de presentar el segundo disco en el
Personal Fest el líder y cantante de La Armada Cósmica relata su historia de
vida y cuenta las aventuras de un nuevo artista cósmico.
De gafas
negras, gorro cowboy y campera de cuero sale en silencio de la sala en la que
ensayó por casi tres horas. Es una noche fascinante para estar al aire libre y
aunque la propuesta suene tentadora Daland Gutierrez, líder de la banda La
Armada Cósmica, cruza indeciso de una esquina a otra, “Puedo alimentarme sólo
con comida chatarra, otra cosa no como, si no engordo”, desliza. Hay que
definir donde cenar y el cantante se debate entre Mc Donalds o Subway. Gana la
brisa fresca y el sándwich de avena dulce, aunque la hamburguesería tendrá su
pequeña revancha cuando una simple con queso al paso resulte un buen tentempié.
Ya acomodados, grabador encendido, habrá una sola
pregunta que no debe preguntarse pero que estará presente, como sobrevolando,
durante la hora y media que dure la entrevista. Danland Sepum (así se hace
llamar), es el hijo de Juanse, ex líder y voz de Ratones Paranoicos. Hablar de
eso, advirtió su manager, está vedado. Algo con reconocerse como “hijo de” lo
incomoda y Daland prefiere omitir la herencia de su linaje. Quiere entrar en la
escena local despegado del estilo “Paranoico” y ha optado por continuar su
camino a la fama como alguien autónomo e independiente, quiere hacerse oír en
la escena local como un nuevo hijo rebelde del punk, del grunge y del brit-pop.
En sus declaraciones a la prensa Daland es algo irreverente, arrogante, vanidoso
y por momentos cínico. Pero también es encantador, agradable, afectuoso y
agradecido. Todo en igual proporción, “Me encanta pecar de agrandado, disfruto
que me digan lo bueno que soy, hay gente que lo oculta, yo no, lo manifiesto
sin vergüenza”. Es polémico, o lo intenta. Es a veces un adolescente y a veces
un adulto. A sus 21 años vive con sus padres, no fuma, no toma alcohol, “ni
ninguna droga pesada”. Eligió eso después de vivir algo rápido y transcurrir un
proceso que comenzó a sus catorce años en la capital de las diagonales, “De La
Plata me traje muchas sustancias, en todos los aspectos. Me fui con unos amigos
y era todo una locura”. Esa experiencia el cantante la recuerda como “algo
nostálgica”, porque todo lo que consumía lo llevaba a esa sensación: “Eran las
siete de la mañana y era la angustia de lo que había pasado hacía cinco horas
atrás”. Vivía con cinco amigos más grandes en el garaje de la abuela de su
amigo Francisco “Pancho” De la Canal, (actual líder de Valentín y los Volcanes),
durmiendo todos en bolsas de dormir, sin baño, ni comodidades: “Fue la etapa
más experimental hard rock que tuve en mi vida”. En La Plata Daland creó su
primera formación llamada “Thisparados”, de quiénes decidió separarse un tiempo
después cuando se dio cuenta que estaba viviendo una vida a otro “level”: “Un
día nos encontramos pasados de rosca mal y nos miramos entre nosotros y nos
dimos cuenta que ese no era el lugar apropiado para criaturas adolescentes.
Estábamos viviendo como si tuviéramos veinticinco años pero éramos niños,
literalmente niños”. A su relato Daland le agrega que volvió a Buenos Aires porque
no podía hacer nada, porque ya no había disfrute, “Éramos como piratas que no
estábamos preparados para vivir así. Un día nos miramos entre todos y dijimos
que si seguíamos así nos íbamos a morir”.
Dos años más tarde de la locura de La Plata, Daland
viajó con Pancho De la Canal a Londres, en plena separación de sus padres y en
un momento económico “muy difícil” para la familia, logró financiar su estadía
cobrando un dinero en SADAIC por una composición que hizo para su viejo,
(Juanse), a los doce años y poniendo en venta su guitarra eléctrica. Así, con
diecisiete años, logró comprar el pasaje y partir durante tres meses y medio a
la capital británica. Ya en Londres se hospedó en una residencia que recuerda
como un lugar “horrible” en el que vivió por un tiempo hasta ser rescatado por
un amigo hindú, “Tenía 17 años recién cumplidos, estaba en el culo del mundo y
me chupaba un huevo todo”, recuerda, “Tocaba temas de Zeppeling para todos los
residentes”, hasta que una noche un huésped lituanes intentó violarlo: “Como
soy más parecido a mi mamá que a mi papá físicamente, y cuando era chico no era
tan consciente de eso, y era muy flaquito y tenía el pelo largo por los
hombros, no tenía barba y tenía los ojos muy claros, el chabón de lituania me
decía cosas, me decía que tenía lindas piernas y era lo único que sabía decir
en ingles”, y continúa su relato: “Una noche fui a hacerme un arroz a la
cocina, vino de atrás, me agarró de la mano y me salvé por otro huésped que
escuchó mis gritos y vino a amenazarlo apuntándolo con su carabina”. A partir
de esa situación Daland se fue a vivir a la casa de su nuevo amigo hindú,
“Siempre me particularicé por sacarle plata a las personas”, con quien asegura
seguir en contacto por facebook. De la experiencia de Londres se llevo buena
música y una nueva perspectiva, “Volví acá y empecé a hacer esa música. Era
todo una copia de Oasis, de Artics Monkeys, de los Libertines. “Nosotros
tenemos mucho de eso, también tenemos mucho de The Beatles, Oasis, mezclado con
Cerati y Nirvana”. Habla de “nosotros” y se refiere a la formación que surgió
después de “Thisparados”, se llama “La Armada Cósmica” y es un cuarteto
enérgico que crece a la velocidad de la luz, “Estoy cien por ciento seguro de
que La Armada Cósmica en cinco años va a estar tocando en algún lugar de
Europa”, y agrega: “Como objetivo personal me gustaría cerrar el Glastonbury
(uno de los festivales de rock más importantes del mundo), porque algunos
pensarán que soy un agrandado, pero yo creo que si uno no se pone metas grandes
se transforma en un ser pequeño y si somos todos seres pequeños el mundo se va
a la mierda, porque Lennon está muerto, Jesús está muerto, el Dalai Lama se
murió. Entonces creo que tiene que haber gente gigante en el mundo”.
El próximo
sábado La Armada Cósmica cerrará un gran año, con nuevo video y cd,
presentándose en el Personal Fest: “Lo que quería cuando forjé el proyecto de
La Armada lo logre hoy en la sala, por primera vez después de mucho tiempo pude
reunir a los músicos adecuados para la música que yo invento. Eso es muy
difícil porque invento una música que al oído simple parece como una melodía más
de los Beatles, mezclada con un poco de guitarras sangrientas a lo Kurt Cobain,
pero en realidad no es tan fácil reproducirla como parece escucharla”,
reflexiona y agrega: “Hoy la banda tiene a los músicos indicados para el
proyecto, fue un largo viaje en donde el único que sobrevivió fue el baterista y
co-creador de La Armada, Matias Luque”. En la actualidad Daland es el
compositor de todos los temas y asegura que al momento de componer él es su
principal referente y “la prueba más difícil de pasar”. Se reconoce como gran
compositor y guitarrista, “Hago las dos cosas muy bien”. Además, anticipa que
está componiendo música nueva, que solo piensa en canciones y que La Armada es
una banda que tiene que escuchar “todo el mundo”.
Sobre
el final, y como no podría ser de otro modo, surgirá la pregunta vedada, Daland
es hijo de su padre y es necesario saber porqué elige ocultarlo: “A mí no me
jode ser “hijo de”, sólo que no encuentro necesidad en generar el vinculo que
pretende la prensa”. Se detiene en su reflexión y con franqueza agrega: “Lo que
pasa en realidad es que yo quizás no estoy cien por ciento de acuerdo con las
actividades artísticas de mi viejo, entonces si me preguntan acerca de lo que
hace estoy en el compromiso de responder
que no me gusta y ganarme una
cara de culo en mi casa, o de responder sin ser sincero respecto de lo que
pienso. Ese es básicamente el punto, ¿Entendes?, Es para evitar un problema familiar”.
Por Maria Soledad Fernandez
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